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El reto de la sostenibilidad en la educación y la industria


La española Marta Martín, CEO de Turning Point, habla de la importancia de incorporar un enfoque basado en la sostenibilidad desde la niñez. “Cuando tú aprendes algo desde pequeño lo vas a llevar siempre en tu ADN”, dice


“Cuando tú aprendes algo desde pequeño lo vas a llevar siempre en tu ADN”, dice Marta Martín, fundadora y CEO de Turning Point, una compañía con base en México que se dedica a la sostenibilidad corporativa. Con una vasta trayectoria en el desarrollo e implementación estrategias de ESG y economía circular que generen valor para las empresas y la sociedad, Martín ha ayudamos a las compañías a transitar de manera ágil hacia modelos donde el balance entre lo social, ambiental y la rentabilidad —”people, planet & profit”— sean parte esencial de su propósito.


La frase que Marta Martín decía al comienzo tiene un centro preciso: la educación. La empresaria española destaca en este diálogo con Ticmas la importancia del involucramiento de la educación en la sostenibilidad, porque es desde las aulas de donde se puede cambiar el mundo. “La educación de calidad”, dice, “tiene una incidencia directa en el impacto social, una rama súper importante de la sostenibilidad”.


—¿De qué manera se puede incluir la sostenibilidad en las escuelas?

—Sería espectacular que se incluyera en la currícula educativa. Que sea una currícula con enfoque en la sostenibilidad, que va en línea del enfoque STEM. En México hay grandes retos educativos; después de la pandemia hay chicos que llegan a sexto de primaria sin saber leer y escribir. Pero los expertos educativos dicen que puedes resolver esos retos con un enfoque en la sostenibilidad. Es decir, enseñarles a leer con metodologías y pedagogías que además les enseñen los principios básicos de la sostenibilidad. Si queremos un mundo sostenible, necesitamos ciudadanos sostenibles y para eso tú lo tienes que aprender desde pequeño.


—¿Turning Point trabaja también con escuelas?

—Trabajamos con las empresas para que transiten hacia modelos de triple impacto, desde la perspectiva ambiental, social y de gobernanza. Y luego las empresas hacen iniciativas específicas con escuelas, universidades e institutos de formación técnica. Aunque también tenemos un esquema basado en el trabajo colaborativo y uno de nuestros aliados estratégicos es TierraEd, que sí diseñan programas específicos para las escuelas. Creo que ahí hay un nicho en el que hay que poner el foco: cómo hacer para que las escuelas de educación básica lleven la sostenibilidad desde el inicio. TierraED va un poco más allá, y va a la regeneración.


—¿Economía circular?

—Sí, están integrando programas innovadores desde la perspectiva educativa estos conceptos de sostenibilidad. En la parte ambiental, pero luego, la parte social, debe ir inherente. Y en la parte de gobernanza es la transparencia y reacción de cuentas, volvemos también a los mismos valores.


La sostenibilidad empresarial, cómo provocar un cambio permanente

Para Martín, el compromiso social de Latinoamérica es una característica que identifica a la región.  “En Europa”, dice, “la sociedad civil no está tan activa porque, al final, son las instituciones las que resuelven y entonces te quedas en tu zona de confort; pero aquí la sociedad civil está siempre viendo cómo sumar”.


—¿Esto impacta en las empresas al momento de tomar en cuenta la importancia de la sostenibilidad?

—En la vieja Europa hay un estado de bienestar en general: existe una clase media, puedes ir a una escuela pública con educación de calidad, puedes acceder a un servicio de salud de calidad. En América Latina y otros países en vías de desarrollo, hay muchos retos en estas áreas. Entonces, yo creo que hay mayor conciencia social y las empresas entienden que tienen el deber de dar e impactar en la comunidad.


—¿Cómo es el caso de México?

—Las empresas siempre lo tienen en su plan, aunque lo ponen más en la parte de las fundaciones. Lo que nosotros intentamos hacer es ayudarles a pensar cómo impactar en las comunidades para generar un cambio absoluto. Esta es la esencia de la sostenibilidad: la sostenibilidad es la capacidad de satisfacer las necesidades futuras sin que lo paguen las actuales. Entonces tienes que tener un equilibrio —que es la gran palabra— entre el cuidado del planeta, el bienestar de la sociedad y la generación de riqueza. La sostenibilidad no es un tema de filantropía, sino de cómo hacer para que la empresa sea sostenible. Y para que la empresa sea sostenible, las comunidades en las que tiene impacto tienen que ser sostenibles.


—¿Cómo ves el compromiso de los Estados? Pienso incluso ahora que están con este problema gravísimo de agua.

—Pues… no está en la agenda. Hay algunas cosas que están haciendo: la Secretaría de Economía, por ejemplo, tiene un programa para impulsar la agenda 2030. Pero lamentablemente hasta que no pongas una normativa fuerte como ha ocurrido en la Unión Europea, la aguja no se va a mover.


—¿La normativa fuerte implica multas?

—Es lo de siempre: si no cumples una ley te multan. Con esto podemos entrar en un debate parecido a la cuota de mujeres en los consejos de administración: quizás no sea el mecanismo ideal, pero, para que haya un cambio, muchas veces tienes que darle ese empujón. Volviendo: hay iniciativas, hay esfuerzos, pero mi percepción es que están desalineados. Estados Unidos y, sobre todo, la Unión Europea están impulsando muy fuertemente este tema. Yo creo que Iberoamérica tiene un futuro muy potente, pero para que ese futuro sea muy potente tenemos que estar alineados en una normativa más o menos homogénea en materia de sostenibilidad.


—¿Cómo ves el compromiso de las generaciones en cuanto a la sostenibilidad?

—Los centennials son la primera generación que busca generar un impacto real en lo que hacen. Los millennials quieren un cambio, pero no se ven como sujetos activos. Los centennials sí se visualizan como sujetos activos del cambio. Eso es un cambio de mindframe. Por eso, yo creo que hay que hacer que la currícula educativa esté muy alineada con la sostenibilidad. En las empresas te encuentras mucha resistencia porque no entienden. La primera labor que tienes que hacer es la de sensibilización y awareness. “¿Por qué tenemos este plan? ¿Por qué es importante?”. Ellos tienen que entender que son una pieza clave del cambio, da igual si están las plantas industriales o si son el CFO. Tienen que interiorizar y entender que son parte del cambio. Cuando lo entiendes, no lo ves un deber, sino como lo que tú le estás dando a la sociedad. Volvemos a lo mismo: es educación. Es que se vean como agentes de cambio, y que al final puedan decir a sus nietos “Este es mi legado”.


Nota publicada en Infobae.


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