La directora en la Fundación Ceibal, María Florencia Ripani, estuvo en el auditorio de Ticmas y compartió su visión sobre cómo la tecnología está redefiniendo el acceso y la calidad de la educación en América Latina y el Caribe.
La directora en la Fundación Ceibal, María Florencia Ripani en el auditorio de Ticmas (Agustín Brashich/Ticmas).
En el auditorio de Ticmas se desarrolló la conferencia “La tecnología como recurso innovador en la educación”. La encargada de dirigir esta ponencia fue María Florencia Ripani, reconocida por su destacada trayectoria internacional como especialista e investigadora en educación y medios digitales. Ripani, que posee un doctorado en tecnologías creativas de la Universidad de Portsmouth, desempeña también el rol de directora en la Fundación Ceibal.
La especialista comenzó señalando: “Nos adentramos en una era digital desde un mundo de ceros y unos, donde la tecnología ha transformado todos los aspectos de la vida, fruto del esfuerzo colectivo de científicos y pensadores”. Enfatizando en la importancia de la educación para adaptarse y aprovechar estos avances innovadores.
Respecto a la inteligencia artificial (IA), Ripani señaló que la primera vez que se pensó en este tema fue en 1956, en la conferencia de Dartmouth, allí 10 científicos plantearon que “se puede escribir de manera muy precisa la creatividad y la inteligencia, y si la inteligencia se puede escribir de forma muy precisa, se puede entrenar a sistemas digitales para poder realizar tareas que hasta el momento sólo se pensaban para los humanos… llevando a que, casi 70 años después, la IA se integre en nuestra vida diaria de formas que antes considerábamos ciencia ficción”.
De igual manera resaltó los beneficios de la tecnología digital, como “crear contenido, programación, y mejorar significativamente la precisión en diagnósticos médicos”, mientras que lanzó una advertencia sobre los desafíos éticos, como “la creciente solicitud de datos biométricos para validar identidades, lo que requiere una vigilancia tanto de usuarios como de reguladores”.
María Florencia Ripani desarrolló la conferencia “La tecnología como recurso innovador en la educación” (Agustín Brashich/Ticmas).
Ripani enfatizó que: “Existe un ecosistema de actores involucrados en desarrollar habilidades para integrar tecnología de manera innovadora y responsable”, y reconoce el papel central de la tecnología en el desarrollo humano y educativo, citando a la UNESCO: “La transformación digital puede ser un puente a la mejora de la calidad educativa y al aumento del acceso a la educación”.
Sin embargo, señaló un aspecto preocupante: “Los niveles de habilidades digitales globalmente son bajos, con un 37% de la población mundial que nunca ha utilizado Internet, un problema que va más allá del acceso a la tecnología y que radica en la educación y el desarrollo de habilidades digitales”.
¿Cuál es la situación en América Latina y el Caribe?
Abordando la realidad en la región, Ripani dio a conocer estadísticas preocupantes sobre el acceso a la conectividad y el nivel de habilidades digitales: “66% de las escuelas primaria no tiene conectividad, el 44% de las escuelas secundarias de la región tampoco tiene conectividad, pero, peor aún, más del 70% de la población aún no cuenta con habilidades digitales básicas. Esto quiere decir que la gran mayoría de todas las personas que viven en América Latina y el Caribe pierden oportunidades de aprender, de acceder al trabajo, de acceder a servicios de salud y pierden oportunidades en muchísimos aspectos de la vida vinculados al desarrollo y a su bienestar”.
Acceso - Equidad - Inclusión
La desigualdad en el acceso a la tecnología y las oportunidades educativas fue un tema central en la conferencia. Ripani hizo hincapié en que la brecha digital no solo se refiere al acceso físico a dispositivos o Internet, sino también a la capacitación y competencias necesarias para su aprovechamiento efectivo. “Para alcanzar una educación inclusiva y equitativa, es imprescindible considerar herramientas tecnológicas que se adapten a diversas necesidades y contextos”, declaró.
Dimensiones para innovar con tecnología
Dos proyectos destacados por Ripani ilustraron el potencial de la tecnología para transformar la educación. El primero, denominado “educación digital rural inclusiva”, se llevó a cabo especialmente en zonas de Honduras con limitado acceso a conectividad y electricidad. “En contextos donde no llega señal de televisión ni de radio, trabajamos aprovechando los recursos disponibles, como teléfonos celulares de baja gama”.
La directora en la Fundación Ceibal, agregó: “Nos concentramos en transformar a los niños y niñas en productores de contenido, promoviendo su participación activa y el aprendizaje cooperativo”, destacando que a través de esta iniciativa, los estudiantes aprendieron a tomar fotografías por primera vez, creando relatos visuales que reflejan su entorno y cultura. Al finalizar los seis meses del proyecto, que involucró un proceso exhaustivo de recolección de datos, análisis y más de 200 entrevistas, “los participantes habían adquirido habilidades significativas tanto en lectoescritura como en matemáticas, evidenciando la efectividad de integrar la tecnología en el proceso educativo para fortalecer el aprendizaje en áreas fundamentales”.
El segundo proyecto innovador está siendo desarrollado en Uruguay, con el apoyo del BID, la Universidad Católica de Uruguay y la Fundación Richieu. Desde su posición en la Fundación Ceibal, Ripani identificó una necesidad regional y dio vida a una aplicación orientada al aprendizaje de la lectoescritura para niños de 6 años. Este proyecto, definido como un bien público digital, se basa en la gamificación y está diseñado con el usuario en el centro. “Llevamos a cabo sesiones con niños de escuelas públicas para perfeccionar el diseño, mediante un enfoque multidisciplinario”, reveló la doctora en tecnologías creativas.
“Aprendería”, como se llama la aplicación, sumerge a los niños en un mundo ficticio donde deben romper un hechizo aprendiendo a leer y escribir para volver al mundo real. Ripani explicó: “Este enfoque combina el aprendizaje con el juego, construyendo una conexión emocional con los personajes y aprovechando las prácticas culturales digitales de los niños”.
Según la especialista, “la herramienta se distingue por fusionar múltiples aspectos del aprendizaje en una narrativa atractiva, acorde al contacto que los niños tienen hoy en día con lo digital”. Esta aplicación, que se probará en escuelas uruguayas próximamente, aspira a mejorar las habilidades de lectoescritura y busca ser una solución escalable y sostenible capaz de adaptarse a diversas necesidades educativas, acercando la innovación en educación de manera integral y eficaz.
Escuelas como espacios de innovación
La investigadora en educación y medios digitales enfatizó en la importancia de reconocer que “la innovación con tecnología digital no solo reside en el diseño de herramientas por especialistas, ministerios o empresas”. Resaltó la existencia de innovación “en las prácticas cotidianas dentro de las escuelas y las redes de docentes, estudiantes y familias que, enfrentando obstáculos, desarrollan ideas creativas”. Como ejemplo, mencionó “los premios NODO en Uruguay, creados con apoyo de la Fundación Ceibal, que celebran la innovación educativa local”. Estos premios, dijo la especialista, “se documentan y se comparten en documentales y publicaciones, promoviendo una innovación educativa que fluye tanto de abajo hacia arriba como de arriba hacia abajo”.
Reflexión como recurso innovador
Finalmente, Ripani destacó la importancia de la reflexión crítica sobre el uso de la tecnología en la educación. “No basta con implementar nuevas herramientas; debemos también considerar cómo, cuándo y por qué las usamos, buscando constantemente maneras de mejorar y adaptar su aplicación para maximizar los beneficios educativos”, concluyó.
A través de la conferencia de María Florencia Ripani, se abrió una ventana al futuro de la educación, marcada por la integración innovadora de la tecnología. Resaltando casos de éxito y desafíos pendientes, su visión invita a educadores, autoridades y comunidades a explorar el vasto potencial de la tecnología para enriquecer y diversificar la experiencia educativa, siempre con un ojo crítico hacia la inclusión, la equidad y el acceso universal.
Nota publicada en Infobae.
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